Las etiquetas electrónicas (ESL) están ganando cada vez más presencia, tanto en los puntos de venta como en el sector alimentario, convirtiéndose en un fenómeno en crecimiento.
Las etiquetas de papel que suelen utilizarse para indicar los precios en los estantes de los supermercados están destinadas a desaparecer. Hoy, las etiquetas electrónicas (ESL) están cada vez más presentes en los puntos de venta, especialmente en el sector de la alimentación.
La principal ventaja de estos rótulos es su capacidad para cambiar los precios en cuestión de segundos, lo cual es especialmente beneficioso en un contexto de inflación y cambios frecuentes en los costos. Además, esta tecnología elimina la necesidad de utilizar papel y reduce la mano de obra requerida en comparación con las etiquetas impresas tradicionales.
Según un estudio reciente, realizado en Alemania por el Instituto de Retail EHI, aproximadamente el 30% de los minoristas de alimentos han adoptado las etiquetas electrónicas. En dicho país, las ESL se implementaron inicialmente en la sección de frutas y verduras, pues los supermercados utilizan este tipo de etiquetas para ajustar los precios a la baja y evitar que los productos perecederos se queden en las estanterías.
Las etiquetas electrónicas son una herramienta eficiente que pueden mejorar la planificación de los negocios, evitar errores en la etiquetación y aumentar la confianza de los clientes, ya que proporcionan no sólo precios actualizados, también otorgan información completa sobre los productos, como aspectos técnicos, alérgenos presentes en los alimentos o stock disponible.
Las ESL ofrecen mejoras significativas en el servicio de atención al cliente; ayudan a cumplir con la obligación legal de mostrar los precios y cuentan con un sistema que garantiza la integridad de la información. Además, en caso de que una etiqueta sea robada o no funcione correctamente, el sistema notifica el error, lo que permite una reposición rápida.
Sumado a lo anterior, brindan la posibilidad de implementar estrategias de pricing según los días y las horas, lo que permite adaptar los precios de manera más dinámica y eficaz. En general, las etiquetas electrónicas ofrecen una solución versátil para optimizar la gestión de precios y mejorar la experiencia de compra en un negocio.
¿Cómo funcionan las etiquetas electrónicas?
Las ESL funcionan mediante una aplicación web, app móvil u otro programa que incorpore la API. Allí se podrán implementar modificaciones en los datos almacenados en el servidor, el cuál transmitirá estos cambios a la puerta de enlace que se encargará de actualizar la información que se muestra en las etiquetas electrónicas.
Tener la información y los precios de los productos siempre disponibles contribuye a aumentar la satisfacción del cliente durante su experiencia de compra, ya que será más fluida y agradable, lo que a su vez fortalece la satisfacción de los consumidores y su fidelidad hacia el negocio.
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